jueves, 14 de diciembre de 2017

Roma

Y que lejos se nos quedó
aquella habitación en Roma,
o esa otra con vistas al mar.

Esas ganas de construir
aquella historia de amor perfecta,
esas ilusiones que desbordaban
cada vaso que poníamos en la mesa.

Esa sonrisa de la que
no seré
partícipe más,
demasiadas de tus lágrimas llevan mi nombre
y ni una de ellas me merezco.

Porque te rompí,
pero tu me deshiciste.

Y es que no era el momento amor,
para crear historias duraderas.

Pero siempre será nuestra pequeña
e infinita historia,
de como nos construimos
en nuestra habitación en Roma.




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